La ecografía de diagnóstico es un procedimiento seguro que utiliza ondas de sonido de baja potencia. Hasta donde se sabe, no presenta riesgos.
Además, es una herramienta valiosa, pero tiene sus limitaciones. El sonido no se desplaza bien a través del aire o el hueso, por lo que una ecografía no es eficaz para obtener imágenes de partes del cuerpo que tienen gases en su interior o que están ocultas por los huesos, como los pulmones o la cabeza.
Para observar estas áreas, el médico podría solicitar pruebas de diagnóstico por imágenes, como una tomografía computarizada, una resonancia magnética o rayos X.