Un absceso dental es una acumulación de pus causada por una infección bacteriana. Este puede producirse en diferentes zonas cerca del diente por distintos motivos.
Un absceso periapical se produce en la punta de la raíz, mientras que un absceso periodontal se produce en las encías, al lado de la raíz del diente.
En general, un absceso periapical en el diente se produce como consecuencia de caries dentales no tratadas, una lesión o un arreglo dental anterior. La infección resultante con irritación e hinchazón (inflamación) puede provocar un absceso en la punta de la raíz.
Los dentistas tratarán el absceso dental drenándolo y sacando la infección. Es posible que puedan salvar el diente con un tratamiento conocido como procedimiento del canal radicular. Sin embargo, en algunos casos, es posible que se deba extraer el diente. Dejar un absceso dental sin tratar puede provocar complicaciones graves e, incluso, potencialmente mortales.
Síntomas de un Absceso Dental.
Dolor de muela intenso, constante y palpitante que puede extenderse hasta la mandíbula, el cuello o el oído.
Dolor o molestia ante temperaturas frías y calientes.
Dolor o molestia al masticar o morder.
Fiebre.
Hinchazón en la cara, las mejillas o el cuello que puede provocar dificultad para respirar o tragar.
Inflamación y sensibilidad en los ganglios linfáticos debajo de la mandíbula o en el cuello.
Olor desagradable en la boca.
La boca se inunda repentinamente de líquido salado con olor y gusto desagradables y alivio del dolor, si se rompe el absceso. christian oyaneder.